Hay diferentes maneras de estimular tanto el clítoris como otras zonas erógenas que te harán sentir un gran placer. Sin embargo, durante muchos años la sexualidad femenina ha sido reprimida y castigada socialmente, por lo que no es raro que exista mucho desconocimiento sobre este tema a nivel popular.
Por ello, conocer las técnicas de masturbación femenina y hablar sobre ellas es algo que puede contribuir a que este vacío de información se llene pronto y que el bienestar de la mujer sea valorado en sí mismo, y no como una consecuencia de la satisfacción del hombre en la cama.
Así que comencemos con algunas más simples para ir pasando a otras más complejas.
En vez de utilizar el índice y el pulgar, se emplean el dedo medio y el índice. La situación queda como si tus dedos fuesen las rebanadas de un pan y vas presionando cada vez más. Mientras haces esto, puedes dar pequeños golpes a tu clítoris con la mano mientras hacer que la presión y la velocidad varíen.
Frotar y estimular con los dedos la zona de los labios vaginales es como un juego preliminar para la masturbación. Puede que no te lleve directamente al orgasmo, pero es una excelente manera de desarrollar técnicas de masturbación más intensas. Hay muchas maneras de estimular tus labios vaginales:
La meditación orgásmica es una forma de masturbación que requiere de otra persona para que masajee el clítoris. A diferencia de otros tipos de meditación, la persona no se centra en la respiración, sino en las sensaciones del clítoris en el momento presente.
Para llevarlo a cabo, la persona que recibe la estimulación debe estar relajada mientras el otro masajea la zona clitorial durante 15 minutos. El objetivo no es llegar al orgasmo sino sentir las sensaciones que ocurren.
Para llevar a cabo esta masturbación es necesario tener un collar de perlas. Puedes sentarte sobre tus rodillas o hacerlo de pie. Solo tienes que colocar el collar entre tus piernas y moverlo hacia adelante y hacia atrás.
Acostada en la cama, levanta las rodillas y abre las piernas. En esta posición, puedes penetrar tu vagina con el dedo medio y el índice para simular la penetración de un pene. Una vez dentro, puedes estimular el punto G, que se encuentra en la parte superior de la vagina, a unos cinco centímetros de la entrada; también puedes intentarlo con un vibrador.
Hay muchas personas que se sienten excitadas al verse a si mismas frente al espejo masturbándose. El hecho de visualizar el acto a la vez que se realiza hace que los estímulos placenteros lleguen por más vías.
Puedes sentarte en una silla o masturbarte desde la cama en una habitación en la que tengas una buena visión desde el espejo. Disfrútalo.
Debes acostarte boca abajo en la cama, poner tus brazos a los costados y la cabeza girada hacia un lado. Las rodillas deben quedar flexionadas de manera que puedas tener contacto con el clítoris sobra la cama. Puedes enrollar la sábana o colocar la almohada en esa zona erógena. Solamente debes variar los movimientos a tu gusto con tal de que la fricción te permite ponerte muy caliente.
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