La compañía Kernel, dice que los cascos Flow y Flux cuentan con una serie de redes de sensores y otros componentes electrónicos que miden y analizan los impulsos eléctricos.
Que el flujo sanguíneo del cerebro y la actividad cerebral “a la velocidad del pensamiento, proporcionando una ventana a la forma en que el órgano responde al mundo” y a los diferentes estímulos.
El gerente general de la compañía a Bloomberg, Bryan Johnson, dijo que la tecnología en la que se basan sus productos ha estado disponible por varios años.
Algunos de ellos pueden costar millones de dólares y ser tan enormes como una habitación.
Según el ejecutivo, los cascos permitirán a los investigadores conocer mejor el envejecimiento del cerebro, los trastornos mentales y una gran variedad de daños cerebrales.
Así como los mecanismos hasta ahora desconocidos que subyacen a experiencias consideradas metafísicas, tales como la meditación o los viajes psicodélicos.
No obstante, ya se trabaja para reducir su costo y hacerla accesible para un mercado más grande.
Deja un comentario