Los hombres prefieren tener sexo por la mañana. La razón es meramente biológica: Experimentan un subidón de testosterona situado normalmente entre las seis y las nueve de la mañana, según describe la terapeuta sexual estadounidense Laurie Watson en Psychology Today.
Pero este apetito sexual, y la feliz erección que lo acompaña, suele topar con un gran obstáculo en las relaciones: Los niveles de las mujeres alcanzan sus picos más bajos precisamente al amanecer. Además, la sensibilidad olfativa femenina hace que los olores mañaneros maten el deseo sexual.
Por eso las mujeres prefieren tener sexo durante la tarde, cuando el final de la jornada laboral les permite relajarse de nuevo. Esta diferencia en la preferencia horaria del sexo no es intranscendente. Si bien durante los primeros compases de relación cuando la atracción sexual está desenfrenada, puede no afectar demasiado, más tarde podría convertirse en un factor de estancamiento sexual para cualquier pareja.
Por eso la terapeuta Watson propone que, en lugar de discutir sobre la mejor hora para tener sexo, sigamos una serie de consejos para adaptarnos unos y otros.
El sexo matutino, según la especialista, mejora el rendimiento laboral posterior y aumenta el apego emocional de los hombres gracias a un aumento de la hormona vasopresina. Es decir, que es bueno para la relación. Así que se recomiendan dos cosas para incentivarlo: Irse antes a la cama para que el cansancio no disminuya los niveles de testosterona en ambos sexos ni dispare los niveles de cortisol (la hormona del estrés que interfiere en el apetito sexual) y promover un encuentro sexual más relajado que despierte el deseo femenino.
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