El mítico Kamasutra, el libro de las artes sexuales que se remonta al siglo I después de Cristo, nos ayudó a la práctica del sexo con una serie de posiciones sexuales que, aún hasta el día de hoy, son realizadas tal como fueron descritas por el religioso y escritor Vatsiaiana.

Es curioso, ya que el 69, la pose sexual que permite la realización del sexo oral en simultáneo, no figura en ninguna de las descripciones de este milenario libro que solo registra 64 posiciones. Sin embargo, se dice que es una variante de aquellas y es muy practicada por los amantes en la actualidad.

A continuación, te presentamos otras 5 posturas que, como el 69, imitan números de dos cifras de acuerdo a la postura de los amantes:

El sexo oral para ellos o el 42:

Esta pose pone al varón como gran beneficiado, ya que su pareja le dará total placer gracias al sexo oral. El 42 recibe ese nombre porque el amante que recibirá placer estará sentado en una silla o cama con la espalda inclinada como si fuera un cuatro, mientras que la persona que realiza la felación estará de rodillas moviendo la cabeza como dibujando un número dos.

El sexo oral para ellas o el 62:

Aquí la gran beneficiada será la mujer, ya que le tocará a ella recibir placer mediante el sexo oral por parte de su pareja. La persona que dará placer debe tumbarse boca arriba, en tanto que su pareja deberá hacer lo mismo, pero dejando caer su espalda sobre el torso de su amante. La persona que está encima debe colocar su cabeza entre las piernas de su pareja y flexionar las rodillas para dar paso a la cabeza de su amante. Así existe el acceso para un placentero “cunnilingus”.

La vaquera 3.5

¿Has oído hablar de una cowgirl? Se trata de la posición de una mujer como si estuviera montando un caballo, es decir como si fuera una salvaje vaquera del viejo oeste. En esta pose, la gran variante supone que la chica se apoya en sus tobillos, mientras que su pareja colabora soportando todo su peso.

Los amantes bailarines

Como ya vimos con la vaquera, no todo es cosa de números y así lo saben los amantes que ya se han atrevido a realizar esta pose. Es como si estuvieran bailando un tango, aquel ritmo típico del Río de La Plata que estuvo de moda el siglo pasado. Aquí la pareja estará cara a cara, mientras ella enreda una de sus piernas alrededor de la cintura de su pareja que ayuda a mantener el equilibrio mientras existe la penetración. Si practicas yoga y eres flexible, puedes poner tu pierna hasta el hombro de tu pareja, así existirá una penetración más profunda.

El iceberg

Si quieren jugar al hundimiento del Titanic esta pose es para ustedes. Para lograrlo deben estar sentados los dos y con las piernas dobladas, luego apóyense en las manos y antebrazos para, poco a poco, empezar a acercarse hasta que él consiga penetrar. Todo será más placentero desde que ambos pueden mirarse fijamente a los ojos y explotar de placer.