En la posición del caballero montado, la mujer se tumba de lado, coloca una pierna extendida y la otra doblado. El hombre se arrodilla a horcajadas sobre la pierna estirada de la mujer y sujeta la otra pierna pegada a su hombro. Esta posición permite una penetración muy profunda y placentera y ¡además es bastante cómoda!
Partiendo de la postura a cuatro patas, ella bajará su pecho hasta apoyarlo en la cama, se pondrá las manos por detrás de la nuca. Su compañero sujetará sus manos y las utilizará para marcar el ritmo de la penetración. Desde esta posición el hombre disfruta de una excitante vista de la espalda y el trasero de su compañera.
La mujer está echada de espaldas y eleva la pelvis como si quisiera dar una voltereta hacia atrás. Puede ayudarse apoyando los tobillos en los hombros de su compañero o colocando un cojín debajo de su trasero. El hombre tiene todo el control de la penetración y permite entrar profundamente en la vagina de su compañera.
No es una postura para el coito pero no podemos negar que es de las favoritas de los hombres. Con el sexo oral se estimula todo el pene, desde el glande hasta la base y la sensación es totalmente distinta a la de la penetración. Ella puede controlar el ritmo y la presión y su pareja está totalmente entregado al placer.
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