Un amplio salón de juegos, ataduras, látigos y otros accesorios de castigo son parte del universo hermético y sensual del BDSM.
En un principio fueron las nuevas poses y novedosas expresiones de fantasías, luego el intercambio de roles, los juguetes sexuales se popularizaron, “y ahora los juegos eróticos de dominación y sumisión cobran vida”.
La respuesta no es la abstinencia ni la inhibición, sino apertura y honestidad. Los principios básicos de consentimiento del BDSM pueden llevarte a tener conversaciones sanas y mejor sexo.
HABLA Y ESCRIBE
¿Quieres sexo salvaje? Pregunta qué es lo que le prende. Esto es de BDSM 101: habla primero. Los beneficios para ti: darle a tu pareja permiso para ser emocionalmente vulnerable y compartir sus deseos ocultos crea un espacio para tu confesión también.
Prepara una hoja y apunta. Incluye todos los acuerdos para las fantasías, turnos y límites. Mantenlo cerca durante el juego. Inventa el tuyo y revísalo a menudo, compartiendo nuevas ideas y quitando las actividades con las que ya no disfrutas. Incluso si sueles practicar el sexo convencional, discute las cosas previamente: ritmo, nuevas posiciones, tus fantasías privadas, y cosas simples como la forma en que te gusta que te toquen (fuerte o suave, o quizás algo suave con los dedos, pero con arañazos), te ayudará a aprender lo que le gusta a cada uno.
¿Has escuchado de las palabras de seguridad? En el BDSM, son obligatorias. Decir ‘para’ o ‘no’ durante los juegos puede resultar confuso –esas palabras pueden formar parte de tu guión improvisado. Para mucha gente, decir ‘no’ puede ser difícil, porque no queremos herir los sentimientos de nuestra pareja. Acordar previamente una palabra que signifique ‘para’ te permite decir ‘no’ incluso en el clímax del momento.
Usa el sistema de luces de semáforo: rojo significa ‘para’. Amarillo, significa ‘más despacio’. Verde significa ‘más, por favor’.
Practícalo. En BDSM usamos la palabra juego. No quiere decir necesariamente sexo; es tiempo de juego para adultos. El sexo genital es opcional. Puedes convertir tu dormitorio en un espacio de juegos. Crea una atmósfera con unas almohadas, luz tenue, y una temperatura agradable.
¿Una playlist? La música puede estar bien si es instrumental; las letras pueden quitarte la concentración.
MANTENTE EN RUTA
Ya tienes tus palabras de seguridad, tus do’s and dont’s y acordado los roles. Tú estás jugando tu papel y ella está súper caliente. Pero entonces ella te pide hacer algo que no estaba en el acuerdo. Te lo está suplicando, de hecho. Apégate al guión. Te ganarás su respeto manteniéndote en tu lugar. Cada uno tiene que controlar su libido y respetar las reglas que se han establecido.
Una mujer es como un horno: necesita tiempo para calentarse antes de que esté lista para cocinar. Para la mayoría el énfasis está en el físico, el BDSM es realmente un juego mental. Para mí, hay pocas cosas más excitantes que un hombre que me tienta y se niega a ceder. Una intensidad gradual y envolvente resulta perfecta.
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