Carpóforo este tipo de hongo de tamaño y forma ciertamente variable, formado por estromas de color negruzco, de los ejemplares más desarrollados pueden aproximarse en altura de hasta 10 cm y en grosor a los 3 cm en su zona más ancha, siendo más habitual encontrar individuos de tamaños más pequeños. Su nombre se refiere a la capacidad de adoptar múltiples formas, desde formas abombadas o cilíndricas hasta otras más alargadas o esbeltas, si bien a veces puede ser un tanto deforme, con protuberancias varias. Superficie externa de lisa a rugosa que no se agrieta.
Himenio este de color negro inserto en su superficie externa del ascocarpo, de hecho las posibles rugosidades que presenta la zona son ocasionadas por los peritecios.
Pie inexistente como tal, suele tener un estrechamiento hacia la zona basal, pero como una simple prolongación del resto, sin que exista separación que indique que se trate de un pie en realidad.
Carne de textura suberosa y un despampanante color blanco que contrasta de forma notable con la superficie externa negra. Al corte se admira una disposición interna en forma espigada.
Esta especia habita en el interior de tocones podridos de haya, y en general sobre madera degradada de planifolios diversos, si bien hemos de subrayar que su hábitat predilecto es el haya y es en él donde nosotros la localizamos sin problemas cada año. Es muy común que que crezca en grupos más o menos numerosos, rara vez aislada, prácticamente en cualquier temporada del año.
Se caracteriza este Ascomycete por su porte robusto en comparación a otras especies de su género, su carne gruesa y blanca con disposición interna en forma de espiga, y la ausencia de un verdadero pie. Xylaria longipes, de esporas más pequeñas, si posee un verdadero pie, y su superficie tiende a agrietarse con el tiempo, además su hábitat predilecto es la madera de arce. Otras especies de su género son mucho más pequeñas e incluso filiformes, por lo que entendemos que es más difícil confundirlas con la presente.
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